lunes, 15 de noviembre de 2010

Als das Kind Kind war...


El 2005 fue mi año de esplendor y ocaso poético. No escribí ni demasiadas ni muy buenas poesías, pero al menos escribía. Fue el año en que cumplí 15 años, el día 05/05/05. Mi teoría es que a las musas, que les gustan las matemáticas, les hizo gracia y me acompañaron fielmente durante un año. Después, me abandonaron. Supongo que también fue porque me hice mayor. Al menos eso siempre me decían: Los 15 como edad de "quiebre". En fin, el caso es que su paso no fue en vano y vivo de las poesías de los demás, de los poetas que leo y me regalan sus palabras.
Hace poco, volví sobre esas viejas poesías. Realmente no valen nada, me hicieron sonreír por lo ingenuas. Pero descubrí con sorpresa que llegué a escribir tres poesías en inglés, que me han hecho enorgullecerme. Esta es una de ellas. Uno de los últimos documentos de mi infancia.

To dream a dream

When I was little I used to think,
That magic lived in my mind,
That there were fairies and fantasy
And the whole world was mine.

I used to see angels in my room,
And witches flying through the sky,
I always traveled to the moon,
And wished upon the stars.

I always had a big, bright smile,
Filled with happiness to be shared
I had the most pure, deep eyes
That carried innocence everywhere.

I never worried about time,
There was no such thing for me,
Back then, everything lasted forever;
And I felt completely free.

At that time, I used to fancy,
About taking a long trip
To find every unicorn and dragon,
That I saw in all my dreams.

When I was little I had the power,
To find some magic in every tree,
In every monkey, bird or flower,
Or in the wonders of the sea.

All of these reflect my childhood,
The time when I flew without wings,
Those years where I keep great memories,
And only remember good things.

Today, they’re all fantasies about fantasies,
They’re just dreams about dreams,
But it is all about conviction,
And I know I still believe.

4 comentarios:

  1. A mí también. Creo que compensa comprobar si de verdad las musas te han abandonado, o sencillamente falta de tiempo material (expresión curiosa, porque el tiempo no es material)

    ResponderEliminar
  2. Yo me acuerdo de este poema y de todo tu drama cuando se acercaba tu cumpleaños número 15! Creo que hoy te entiendo más de lo te entendí entonces...

    Ese desespero por dejar atrapadas las hadas y los dragones en las manos me habría servido a mí para hoy ser más niña...

    Y sabes, yo no creo que las musas te hayan abandonado... ¿No será que tú las abandonaste a ellas?

    :)

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias a las tres.
    Lo del tiempo, probablemente tenga mucho que ver. También me he acordado de un poema que escribí sobre el tiempo... En fin, qué limitación, ¿no?

    Ausencia, ¡cuántos recuerdos con la poesía! Tú: Laila Cobant ¿era así?
    Y Andrea Cote, los poetas españoles, el Nobel (Wole S.), los autógrafos. Wow, esto se merecería toda una entrada. ¿Por qué no la haces tú en tu blog?

    ResponderEliminar